“Al reconocer que el Espíritu Santo es el auténtico guía de las personas, parece adecuado precisar el término “acompañamiento espiritual”. Puede ser una manera una manera de subrayar que la persona humana que juega el rol de “acompañante o director espiritual”, supedita sus intervenciones a las inspiraciones y a las pautas sugeridas por el Espíritu Santo...El Espíritu, sin embargo, se demuestra profundamente respetuoso de la libertad del individuo. Lejos de forzado a caminar por sus sendas, el Espíritu se limita a presentar alternativas y opciones. Luego a que cada quien elija responder libremente a las oportunidades o gracias que le está ofreciendo.