La Administración Pública y su estudio no se dan por generación espontánea, son producto de su momento histórico, del sistema económico, político, social y tecnológico, por lo que están en constante cambio. En este sentido, es fundamental reflexionar si el conocimiento teórico y práctico que la Ciencia de la Administración Pública genera son consistentes con la realidad que presentan el siglo XXI y su utilidad pública, lo que provee una oportunidad de adecuar y potenciar a esta ciencia.